Dado el éxito obtenido el pasado fin de semana el “Círculo de Teatro Dolores” pone en escena nuevamente la obra “El pan nuestro de cada día” en el Museo “Lacan-Guazú”.
Se podrá ver los días viernes 7, sábado 8 y domingo 9 del corriente a las 21 horas.
Es una obra de teatro escrita por Estela Golovchenko y dirigida por Virginia Gonnet contando con la actuación de: Nina Costa, Franklin Moller, Mónica Chacón, Horacio Griego, Toty Bonti, Daniel Iglesias.
El sonido está a cargo de Silvia Aranda, la iluminación es de Emmanuel Saravia y maquillaje de Antonella Giordano.
Horacio Griego uno de los actores, nos ha enviado la crítica de este espectáculo escrita por Francisco Guala que expresa:
“El pasado fin de semana el Círculo de Teatro Dolores presentó “El pan nuestro de cada día” en la acogedora sala del Museo “Lacan-Guazú” con un gran marco de público.
La obra de Estela Golovchenko habla de la dignidad del ser humano y, aunque fue concebida en otro contexto social, (Mendón Concurso Obras de Teatro COFONTE, 2017) roza una cuestión de la que venimos reflexionando los uruguayos a partir de los cambios culturales que han generado las nuevas leyes sobre los derechos a una vida inclusiva, donde se respete la diversidad. El tema aparece en la obra desde la mirada humilde de los protagonistas, seres marginados históricamente pero que tienen algo singular que los hace magníficos.
La trama es sencilla: seis personajes, tan diversos como entrañables, tan inocentes como hilarantes, se reúnen en un comedor comandado por Teresa quien no sólo los alimenta sino que los contiene y alienta- Comida de por medio, los comensales establecen un vínculo particular que evoluciona a través de secuencias de humor desopilante. Al desaparecer Teresa, toman conciencia de sus cualidades artísticas y logran expresarlas, convirtiendo así “el hambre en apetito”, la mediocridad en excelencia.
Las brillantes composiciones actorales que no sólo alientan a la risa sino también a la reflexión, están encarnadas por un elenco bien plantado: Nina Costa compone a Teresa, la cocinera vocacional y altruista, Franklin Moller es el poeta Alfonso, Mónica Chacón es la esquizofrénica Marta-Dolores; Horacio Griego se luce en el papel de Furia, un borracho empedernido: Tony Bonti recrea a Hilario el inventor, y Daniel Iglesias interpreta a Romerito un músico sin ambiciones.
Virginia Gonnet, había hecho sus armas al dirigir “Bailar al son del silencio” de Alejandro Formanchuk (2014) y “El dió de lo viento” de Alfredo Zaldúa (2016):
En este espectáculo se consolida como directora no sólo por la precisión con que se expresa en la puesta en escena haciendo gala de recursos sublimes, sino por la lucidez en el manejo de los actores a la hora de concebir los personajes.
El trabajo coral desde el punto de vista plástico, la coherencia de estilo, la estética de la puesta, la comunión que se establece entre actores y público son prueba elocuente de que Gonnet no sólo sabe lo que quiere, sino que sabe qué hacer con el material que tiene. Fiel al sentido del texto, opta por la simpleza, sin otra pretensión que conmover, y vaya si lo logra.
La emoción final viene por dos causas: una por la dignidad recuperada de esos seres maravillosos, distorsionados por nuestros propios prejuicios y otra, por la grandeza de este equipo que supo compartir con nosotros el pan amasado con amor y entrega absoluta. Gracias”.